Bisturí al Rayo Vallecano 16/17
Como cada temporada, introducimos el bisturí en las tripas del Rayo Vallecano. Eso sí, sólo en las tripas deportivas, buscando un ángulo estrictamente futbolero tras varios días de intensa actividad en los índices de barro. Como punto de partida afirmo sin ambages que para mí esta plantilla es para estar muy arriba en el fútbol de plata. Lo que ocurre es que no podemos obviar que se trata de una afirmación que tendría numerosos asteriscos y notas a pie de página derivados de una chimenea con las paredes demasiado sucias. Insisto, en este análisis vamos a intentar centrarnos en lo futbolístico, ya que lo otro da para una trilogía enciclopédica. Traedme el bisturí, por favor, que vamos a empezar.
BONUS TRACK: LOS CANTERANOS
Capítulo aparte merecen los canteranos, a los que paradójicamente un descenso les podría beneficiar. La vida les puede cambiar en una semana, qué se lo digan si no a Fran Beltrán: titular en los dos primeros partidos, participó en los otros dos… y después a la grada. Le ha costado trasladar a los encuentros oficiales su excelente pretemporada, probablemente arrastrado por la negativa dinámica colectiva. Manejo la convicción de que, tal y como se ha puesto la cosa, irá perdiendo protagonismo, y más tras la irrupción de Clavería y la llegada de Zuculini y Cristaldo. Los demás niños lo van a tener muy difícil. Joni Montiel está jugando en Tercera con el filial y Akieme (cómo me gusta este niño) se tiene que soltar más cuando le visten con la casaca titular. ¿Es compatible jugársela con ellos con el mantra innegociable de “tenemos que subir a Primera ya como sea”? En el caso concreto de Pablo Clavería, mi respuesta es un “Sí” tan grande como la hermosísima Catedral de León.